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Andrea Acosta, la bailarina de La Trinidad que derrocha energía en el corsódromo

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Aguilares.- Se llama Andrea Acosta, es coreógrafa, profesora de baile y enfermera auxiliar. Desde hace 5 años encanta al público en los Corsos Provinciales de Aguilares. Su derroche de simpatía y su energía inagotable en el corsódromo la convirtieron en una de las bailarinas más destacadas de la fiesta aguilarense.

Oriunda de Trinidad y mamá de un niño de 8 años, Andrea descubrió su pasión por el baile cuando tenía apenas 3 años. Comenzó a tomar clases de danzas clásicas y luego se sumó a las danzas árabes, al flamenco y al folklore. Ya de adolescente empezó a incursionar en ritmos libres, cumbia, reggaeton, hip hop y bachata.

En 2007 decidió transmitir todos sus conocimientos de baile y abrió su propia academia: Baila conmigo. «Comencé con dos alumnos, que ya son profesores de baile y ahora tengo como 60 chicos», cuenta la bailarina.

Su formación como coreógrafa se inició en una academia de San Miguel de Tucumán, a cargo de la profesora Analía Siampetrucci, pero antes ya había tomado clases de folklore con el profesor Marcelo Sotelo. Mabel Rey, Jessica Rey, Kety Hernández, Marcela Giménez y «El Greco», fueron otros de sus formadores.

Andrea entrena en el gym dos veces por semana, aunque desde hace un mes tuvo que suspender los entrenamientos porque se lesionó la cervical realizando un truco en una competencia que se desarrolló en Aguilares. «A pesar de la lesión, no puedo dejar de bailar porque es mi trabajo también», asegura.

Su conexión con el público

No hay dudas de que Andrea se compró al público aguilarense a fuerza de baile, energía y mucha simpatía. Año tras año, se roba los aplausos de los espectadores a lo largo de los 800 metros de corsódromo.

«El público de Aguilares es único, porque la adrenalina que nosotros sentimos es gracias a la gente. Por momentos, nosotras nos sentimos cansadas y ‘no podemos más’, pero de repente alguien nos alienta, otros nos gritan, es entonces cuando sacamos fuerzas, respiramos y seguimos. Es un público excelente y da placer estar aquí», dijo la talentosa bailarina.

«Nosotros podemos tener una técnica excelente, pero si no llegamos al público no somos nada. Si al público no les llega lo que nosotros queremos brindarle, no sirve», destacó.

«A veces bailo como puedo, pero la simpatía de la gente, agarrarle la mano a los niños, algunos que no pueden ver (por su discapacidad), a los niños que están en silla de ruedas, a la abuelas, a las familias enteras, tenemos que transmitir alegría, porque para eso es el carnaval», expresó Andrea, que desde este año brilla junto a su grupo de baile en Araza Tuba, la comparsa de mayor trayectoria de los corsos.

«El recibimiento de la comparsa fue algo asombroso para nosotras que no somos de Aguilares, que Doña Mari nos reciba con los brazos abiertos fue algo muy grato», destacó la bailarina que, pese a la torrencial lluvia, no bajó su energía. «Llovía torrencialmente y la gente más gritaba; algunos se ponían las mesas en la cabeza y nos alentaban. Si se quedaron ellos porque querían ver lo que nosotros hacemos, entonces había que brindarles el espectáculo aunque truene o lo que sea, así se vayan felices y conformes a la casa».

Sueños cumplidos

«Todos los sueños que tuve los alcancé gracias a Dios», asegura Andrea. Entre esos sueños, se destaca el nacimiento de su hijo, que hoy tiene 8 años; el sueño de tener a sus padres con vida; y que su familia siempre esté unida.

Sin embargo, como todo ser humano, siempre quedan cosas por cumplir o alcanzar. «Quisiera que el día de mañana, cada alumno que haya pasado por mi academia, que me recuerde y que diga ‘esto lo aprendí con la profesora Andrea’. Yo quisiera verlos a ellos convertidos en artistas porque con eso me van a hacer feliz».

A lo mencionado, agrega un deseo más: «Me gustaría poder ver a los jóvenes bailando conmigo y no que estén en una esquina tomando o drogándose».

Su academia

«Baila conmigo» abrió sus puertas hace 15 años y en la actualidad cuenta con 60 alumnos, cuyas edades oscilan entre los 2 y los 35 años, aunque aclaró que en su academia «no hay límite de edad para el baile». Allí se enseñan hasta 22 clases de ritmos.

Es una de las más reconocidas del sur tucumano. Por allí pasaron varios bailarines reconocidos de la TV como Jorge Molinier, Ale Gallego y Facundo Arrigón, quienes se hicieron famosos por participar en el programa «Bailando por un Sueño». Dictaron clases y participaron de una gala show.

Andrea y sus alumnos ganaron varios premios durante los últimos años, en distintas competiciones: mejor academia de ritmos libres, mejor delegación, mejor bailarina profesional, mejor maestra preparadora y recibió dos menciones especiales en la selectiva del coreógrafo Flavio Mendoza.

La academia se encuentra ubicada en el Complejo Club Nueva Chicago, en la localidad de Trinidad. Las inscripciones comenzarán en marzo y las clases de baile darán inicio en abril. Los horarios de clases son: martes y jueves, de 18 a 20 (infantiles) y de 20 a 22 (mayores).

Quienes estén interesados pueden buscarla en facebook como Andrea Acosta.

Sobre el final, la bailarina oriunda de Trinidad dejó un consejo: «Si sos gordita o flaquita o no sabés bailar, pero te gusta bailar, tenés que hacerlo porque no sabemos si mañana vamos a estar. Tenemos que hacer hoy lo que nosotros deseamos».

Redacción: Conrrado Brito

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